¿Recuerdas qué te regalaron por Navidad el año pasado?
Seguramente te pase como a mí y sólo seas capaz de recordarlo si fue un regalo más para el alma que para el cuerpo, si conectó de alguna manera con tu niñez, con tus ilusiones o con tus sueños.
¿Y qué tiene ese poder tan fuerte como para ir directamente al corazón y quedarse como un valioso tesoro con nosotr@s?
¡¡¡Pues sin duda, un viaje!!!
Te saca de la rutina, relativiza las preocupaciones y disminuye el estrés.
Abre la mente, aporta interés y ganas de vivir situaciones nuevas .
Da cabida a miles de anécdotas y momentos que sólo ocurren cuando salimos de nuestra zona de confort.
Si además regalas un viaje personalizado estarás haciendo una de las muestras de amor más bonitas y especiales que conozco pues, además de todo lo anterior, harás que tu persona favorita sea la protagonista de una aventura pensada para hacer realidad uno de sus deseos.
Te diré que no hay un destino concreto ni la obligación de gastarte un riñón para hacerla feliz. Va más de pensar en ella, en lo que le hace estar a gusto, en lo que le hace sonreír y de acompañarla a vivir esa experiencia.
¡Piensa! Puede ser el deporte que hacía con su padre, el pueblo donde nació su abuela, o algo relacionado con su libro favorito. Una vez que des con ello es cuestión de buscar sitios, paisajes o planes relacionados con ese tema y mezclarlo con el destino para que todo gire en torno a ello.
Para que os sirva de ejemplo e inspiración, aquí os dejo 3 momentos únicos e inolvidables que me hicieron emocionar en mis viajes por el mundo. Sensaciones maravillosas que quizá solo yo pueda entender pero que, pase lo que pase, ya siempre llevaré conmigo.
La primera de ellas relacionada con la primera película que vi en el cine con mis padres y mis hermanas: Sonrisas y Lágrimas. Encontrarme en el lugar donde la familia Von Trapp se asentó cuando emigró a Estados Unidos fue realmente mágico para mí. Buscaron un sitio que les recordase a sus queridas montañas y crearon un pequeño alojamiento que ahora es un enorme y carísimo resort. Yo no me alojé allí sin embargo me bastó con pasear por la zona, tomarme un café y empaparme de su preciosa historia familiar.
Años atrás también recorrí el Tirol buscando algunos de los lugares que sirvieron de escenario para las peripecias de esta querida familia.
Heidi es otra de mis compañeras/amigas de la infancia y en mis viajes he intentado seguir su pista: Sus montañas nevadas, la cabaña de madera del abuelito y su inmenso columpio que llega al cielo son los elementos que inconscientemente busco sin parar cuando voy de vacaciones. Tan grande es mi cariño hacia Heidi que se lo trasladé a mi hija y no sabéis lo que sentimos cuando, en nuestro viaje a Eslovenia, encontramos el columpio con el que casi tocaba el cielo!!!
Al principio no sabía si montarme… Tenía entre vértigo y vergüenza por si me daba por gritar pero ¡qué culpa tengo yo de encontrarme a estas alturas de mi vida con esto! ¡Qué momentazo familia, qué momentazo!
Otra serie que marcó mi niñez y que me trae recuerdos maravillosos es Verano Azul así que no podía ir a Málaga sin acercarme al barco de Chanquete de Nerja. La nostalgia se apoderó de mí cuando me acerqué a la réplica de “La Dorada” pues representa mucho de los valores que me identifican: el amor a mi pueblo, a sus costumbres y a todos los amig@s con los que pasaba los largos días de verano…
Esta vez sí que mi hija flipaba un poco y me pedía que dejase de canturrear y silbar...es lo que tiene estar en la preadolescencia...pero estoy segura de que en el futuro a ella le pasará lo mismo y avergonzará a mis nietos con sus recuerdos :-)
Como veis, hay razones que sólo el corazón de cada persona conoce. Descubrirlos y llenar de emociones tus viajes es simplemente cuestión de que los organices con Mi tiempo en tu maleta.
¿Te animas a regalar algo memorable?
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y verás cómo consigues con tu regalo que den saltos de alegría¡Feliz Navidad!
Mi tiempo en tu maleta
Viajes personalizados hechos con amor