Desde hace tiempo, tenía echado el ojo a Caballos La Vereda.
No me digáis por qué pero era ver sus fotos en Instagram y una agradable sensación de hogar y de familia me envolvía. Así que, cuando preparé mi última escapada con amigos, lo tuve claro: ¡Aprovecharíamos nuestro fin de semana por Segovia para conocer Caballos La Vereda!
Organizar este viaje suponía un gran reto para mí y es que no todos los días tienes el privilegio de viajar con una amiga de toda la vida. Aunque conozco sus gustos perfectamente, quería sorprenderla con un lugar bonito, único, especial ¡igual que es ella! Pero el reto de verdad venía en que viajamos en familia y nuestros hijos son adolescentes!!! Tenía que encontrar una actividad que les motivase y les divirtiese, ayudando a romper el hielo entre ellos y creando momentos de complicidad. ¿Y sabéis? Todo eso y mucho más lo encontré en Caballos la Vereda pues es un centro ecuestre y un restaurante con entorno privilegiado, rodeado de naturaleza y animales.
Empezamos el día haciendo una pequeña ruta hasta el Mirador de Peñas Llanas desde el que se divisan hasta 5 provincias. Después dimos una vuelta rápida por Riaza porque a las 13 horas empezaba el paseo a caballo que habíamos reservado.
Era la primera vez que nuestros hijos montaban a caballo y, aunque parecían controlar la situación, su risa nerviosa les delataba.
Mientras los mayores disfrutaban de la ruta, los demás aprovechamos para visitar las cuadras y comprobar el buen cuidado que reciben los animales. ¡Pero no sólo los caballos! Ovejas, perros y gatos campaban a sus anchas mientras recibían caricias y mimos de los niños. Y es que Caballos la Vereda es de lo más friendly: Dogfriendly, kidsfriendly ¡Todo el mundo es bienvenido! Y fue maravilloso comprobar que se puede visitar un restaurante con mascotas o con niños y que, en lugar de caos, reine la armonía y el bienestar.
Jose Antonio, el dueño de Caballos La Vereda, se presentó y nos hizo sentir como en casa. La terraza, el porche, el comedor, todo es súper acogedor pero los reservados, antiguas cuadras restauradas, son lo más de lo más ¡Comer allí es toda una experiencia!
¡La comida estuvo deliciosa! Tuvo la aprobación de los paladares más exigentes que alucinaron con la hamburguesa de ternera y queso provolone fundido al momento ¡No sobró nada! Los mayores nos decantamos por el rabo de toro y el cachopo. Sólo puedo describirlo así ¡Mmmmmmmmmmmmmmmmmmmm ! y me faltan emes :-)
Disfrutar de una sobremesa sin prisas, entre risas y anécdotas, con el solecito calentando el ambiente y con unas vistas espléndidas a la montaña ha sido el plan perfecto que estaba buscando. Un plan que pretendía celebrar la amistad verdadera. Una amistad que ya venía de nuestros padres, que hemos mantenido nosotras y que, todo apunta, a que continuará con nuestros hijos.
Como broche final, terminamos el día con una visita a las Hoces del Duratón que nos regaló un atardecer espectacular.
Si tú también quieres viajar con amigos y que salgáis todos encantados de la experiencia, cuenta con Mi tiempo en tu maleta
Caballos La Vereda
Planazo para dar la bienvenida a la primavera