Se acerca el puente de Diciembre y son muchas las familias que aprovechan para conocer en primera persona cómo se vive la Navidad en otros sitios de Europa.
Sin ir más lejos, yo soy una de esas viajeras deseosas de encontrar entre tanto frío y oscuridad ese espíritu navideño que nos cale el corazón y encienda de ilusión nuestros ojos. Y no sé muy bien por qué, me proporciona un extra de felicidad si lo descubro mucho antes de que llegue el turismo de masas...Imagino que porque sólo así se puede disfrutar del ambiente original, conocer sus costumbres reales en estas fechas y formar parte de ellas cuando el encanto de lo tradicional todavía no se ha perdido entre la multitud.
Así que cuando elijo un destino y la gente me dice que dónde está eso mirándome con cara rara sé que voy por buen camino! ;-D
Eso es lo que me pasó cuando fuimos a conocer la Navidad de los Dolomitas ¡y allí todo es a lo grande!
¿Sabes dónde está? Es una preciosa región del norte de Italia tan pegada a Austria, que la cultura tirolesa se deja ver en su gastronomía, arquitectura e incluso el idioma.
Os aseguro que después de conocer sitios tan bellos en Navidad como Alsacia o muchas ciudades de Alemania y Centroeuropa con sus típicos mercados navideños era difícil entrar en mi top de destinos de Navidad ¡Pero cómo resistirse a un entorno tan mágico!
Con las montañas nevadas de fondo, las luces destacando el contorno de las iglesias, los pinos y abetos decorados con alimentos como manzanas o nueces y el calor de las pequeñas hogueras que ayudan a sobrellevar las bajas temperaturas al caer la noche, te sientes en un encantador cuento de Navidad.
Una de las cosas que más me gustó de los mercadillos de Navidad es que muestran orgullosos su certificado “Green Event” que les acredita como eventos planificados, organizados y llevados a cabo bajo criterios de protección ambiental. Todo ello poniendo en valor sus productos locales y de temporada, su artesanía y sus tradiciones dándolas a conocer con exquisitas degustaciones y demostraciones donde los artesanos muestran sus habilidades artísticas como la talla de piezas de madera para los nacimientos. ¡Hasta llegó San Nicolás y sus ayudantas repartiendo productos típicos de la zona! ¡Como no volver a ser niña con estos detalles tan auténticos!
¡Todo en este viaje fue deliciosamente entrañable! Si tengo que quedarme con el momento más memorable del viaje sería el atardecer en el Lago Carezza mientras escuchábamos a un pequeño coro que cantaban como los ángeles. El contraste del blanco del lago completamente nevado, con el azul del cielo y el intenso naranja que se volvieron los picos de las montañas con los últimos rayos del sol todavía me hace emocionarme.
Allí se celebra el mercado de Navidad más integrado en la naturaleza que he visto y su compromiso de sostenibilidad se contagia por momentos haciendo que el respeto al entorno sea lo primero.¡ Ojalá esto no cambie nunca!
Espero haberte creado la necesidad de visitar este destino navideño tan especial que puedes disfrutar desde finales de noviembre hasta primeros de enero al tratarse de un país que celebra también el día de Reyes. Para nosotros estuvo lleno de experiencias inolvidables y es que volveríamos con los ojos cerrados...¡muy muy bonito, de verdad! :-)
¿Quieres que te ayude a preparar tu escapada de Navidad? Con Mi tiempo en tu maleta puedes seguir el Camino de las cinco estrellas o recorrer el Valle de la Navidad mucho antes de que lo hagan los demás y de una manera totalmente personalizada. Pincha aquí y hablamos.
Si te ha gustado o conoces a alguien a quien podría interesar, te agradecería mucho que lo compartas. A ti no te cuesta nada y a mí me ayudas a tener más visibilidad en las redes sociales.
Dolomitas
Las montañas italianas que esconden los mejores mercados navideños