Castillos

Me gustan los castillos.

Y me he preguntado muchas veces de dónde viene esta pasión si no soy una experta ni estudiosa del tema.

Quizá me acerquen a mi infancia cuando leía cuentos de reyes y princesas y me imaginaba ayudando a la protagonista a escapar “de los malos” por pasadizos ocultos. Quizá la época medieval fue la que mejor entendí en las clases de historia del instituto. O quizá simplemente me fascina que hayan llegado hasta nuestros días con millones de vivencias guardadas entre sus muros de piedra.

Sea como sea, estas asombrosas fortalezas siempre están presentes en mis viajes y nunca dejo de aprender e imaginar las intrigas, traiciones, secretos y curiosidades que encierran.De todos los castillos que he visitado, que ya os digo que son muchos, quiero dejaros mis 5 imprescindibles. Son los que más veces me vienen a la mente, los que más me sorprendieron y en los que más he conseguido teletransportarme y viajar en el tiempo. Los enumeraré desde el primero que visité al más reciente y me centraré en contaros mi experiencia en ellos y aquellos datos que considero interesantes si los queréis conocer:

¡Es taaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaan bonito!

Y no solo lo digo yo. Además de inspirar a Walt Disney para crear el castillo de la Bella Durmiente,  fue finalista en 2007 en la elección de las consideradas 7 nuevas maravillas del mundo.

Está situado en la región de Baviera, al sur de Alemania y fue construido por orden del rey Luis II, apodado El rey Loco por su carácter soñador. Fue diseñado persiguiendo la belleza y la fantasía del monarca, incorporando grandes avances tecnológicos como calefacción central, sistema de comunicación eléctrico o agua corriente. 

Mucha gente se limita a alucinar con el entorno y su impresionante arquitectura exterior pero yo os recomiendo visitar también su interior ¡merece mucho la pena! Puedes llegar desde Múnich en coche o en tren.

De este castillo me enamoró tanto su ubicación como lo bien conservado que está. Verlo a la orilla del lago Leman con las montañas detrás me hizo pensar que no podía tener mejor telón de fondo pero cuando entramos…¡Buahhhh, qué maravilla! Me hubiese quedado allí a vivir como hizo el poeta Lord Byron para inspirarse en su obra.

Está repleto de habitaciones con elegantes techos de madera y salones con bellas pinturas y murales. A la entrada te dan un juego para que los niños se entretengan y aprecien los detalles y curiosidades que se van encontrando en cada habitación pero como Leire era demasiado pequeña, fuimos nosotros los que le íbamos haciendo preguntas y le entregamos una recompensa al salir.

También tiene salas subterráneas en las que se almacenaban armas y vinos ¡y hasta una prisión!

Esta zona es un destino perfecto para pasar el puente de diciembre ya que los tres primeros fines de semana de diciembre, de 10 a 18 horas se celebra un mercado de Navidad ambientado en la Edad Media ¡mágico! ¿verdad?

Este castillo de ensueño que tenemos la suerte de tener en nuestro país no podía faltar en mi lista de favoritos. Forma parte del Palacio Real de Olite junto con el Palacio Viejo, que hoy es el Parador Nacional, y las ruinas de la capilla de San Jorge.

Fue un capricho de Carlos III que pretendía impresionar a sus invitados con multitud de habitaciones, jardines colgantes de más de 20 metros de altura y hasta un zoológico.

Lo que más nos gustó es subir a cada una de sus torres, contemplas de cerca sus tejados de pizarra en forma de cono y contemplar las increíbles vistas. Nosotros reservamos una visita guiada y fue todo un acierto aunque también se puede realizar por libre.

Si quieres verlo en su máximo esplendor, visítalo en agosto cuando se celebran las Fiestas Medievales y este pueblo de calles empedradas recibe a mercaderes, trovadores, malabaristas y artesanos

Si por algo recuerdo este castillo es por el día tan bueno que nos hizo pasar. Digo bien cuando digo día, porque da mucho juego todo lo que se puede hacer en él y en el parque del que forma parte.

Es de estilo renacentista del siglo XV. Se alza en medio de un pequeño lago sujetado por un bosque entero de robles que le sirven como cimientos, según cuenta su leyenda.

Todas sus estancias cuentan con multitud de mobiliario originales. Pero sobre todo me viene a la memoria la cantidad de colecciones de objetos que alberga, desde ropa de época hasta juguetes.

Pero para mí, los hermosos jardines así como los antiguos establos que lo rodean son lo que hacen tan especial el lugar. Pasear sin prisa por el jardín inglés, escuchar el sonido de las fuentes en el acuático o adentrarse en el laberinto son toda una experiencia. 

En los museos tuvimos la oportunidad de ver la exhibición más grande de coches, motos, carruajes e incluso aviones que he visto en mi vida. 

Y los niños se lo pasaron pipa con los columpios, paseos a caballo, puente colgante y circuitos de vehículos antiguos que podían usar.

Este es el último castillo que he visitado y se ha colado directamente en mi top 5 por lo excepcional que me pareció. Está como tallado, como encajado en una roca de la que ya forma parte a más de cien metros de altura. Esta situación tan única y peculiar aprovechando las cuevas excavadas en la piedra daba la posibilidad a sus habitantes de protegerse y refugiarse mejor ante posibles ataques. ¡Incluso tenían una salida secreta de la fortaleza a través de la cual conseguían provisiones sin ser vistos! 

Así es como Erasmo de Predjama consiguió resistir durante más de un año al asedio de las tropas austriacas aunque después fue traicionado por un criado de la manera más tonta…

Desde entonces se dice que el castillo está embrujado por el fantasma de Erasmo que busca venganza y hasta fue investigado por el mismísimo “Cuarto Milenio” estadounidense  ya que se encuentra en la lista de los castillos más aterradores de Europa.

¡Qué ganas de más!

Todavía me quedan muchos castillos en el tintero que en mis próximos viajes tengo intención de conocer: el de Segovia, el del Conde Drácula, … Espero vuestros comentarios y que organicéis vuestros viajes personalizados para visitar estos u otros castillos con Mi tiempo en tu maleta.

¿Añadiríais alguno más a esta lista?