El Festival del Chocolate de Óbidos es un ejemplo palpable de por qué merece la pena organizar viajes con Mi tiempo en tu maleta. No se trata de llevar todo atado y sin momentos para la improvisación en los viajes, pero sí de saber lo que el destino te ofrece en los días en los que vas a estar. Es sentir que te estás llevando una experiencia inolvidable y única por estar en el sitio indicado en el momento justo. Y es que mientras preparaba una ruta para nuestra escapada por el centro de Portugal, un aroma a chocolate traspasó mi ordenador y me sentí afortunada al comprobar que se celebraba en las fechas en las que nosotros íbamos a estar por allí.
Óbidos está considerado uno de los pueblos más bonitos de Portugal por lo que incluirlo en vuestro viaje a nuestro país vecino siempre será un acierto. Pero si además lo visitas en primavera, a primeros de mayo para ser más exactos, estarás también en el pueblo más dulce del mundo.
Todo lo que os cuente de Óbidos y de su festival de chocolate es poco ¡Me encantó! Nosotros visitamos la edición del 2019, la última que se ha podido celebrar antes de la pandemia y la temática de ese año fue el deporte. ¡Qué manera tan original y creativa de conciliar la vida saludable con el placer de saborear el chocolate!
El festival se celebra dentro del castillo y la entrada que cuesta unos 6 euros adultos y 4 euros los niños merece muchísimo la pena. Hay actividades para entretenerse todo el día y aprender el origen y la evolución del chocolate.
Nada más atravesar los muros de piedra, entras en un delicioso paraíso construido por expertos chocolateros de todo el mundo. Todo está pensado al detalle para agradar: las tiendas de piruletas, las de regalitos y las creperías estaban dispuestas como si fuesen casitas de entramados de madera.
Había una pequeña plaza con mesas donde comer o descansar y repartidas por todo el recorrido, unas preciosas tazas gigantes donde fotografiarte o saludar al mismísimo Willy Wonka!!! Es imposible resistirse a la tentación cuando te ofrecen probar alguno de los muchos tipos de variedades que vendían ¡para chuparse los dedos!
Pudimos ver a famosos deportistas portugueses como Cristiano Ronaldo así como esculturas relacionadas con las olimpiadas y deportes de todo tipo realizados con este apetecible ingrediente. Para conservarlos en un estado de refrigeración óptimos, estaban expuestos en una gran carpa donde también se realizaban talleres, cursos, concursos y showcooking.
Pero a mí lo que más me gustó fue el ambiente tan increíblemente saludable y vital que se respiraba mezclando actividades deportivas que muy amablemente te invitaban a participar con un paisaje tan apetecible y llamativo para todos los públicos.
Disfrutamos los 3 como niños jugando al baloncesto, boxeo, windsurf, etc. y hasta me animé a ponerme uno de los trajes de sumo y competir contra Leire ¡Qué risa! Ese será uno de los momentos más divertidos que siempre recordaré en mi viaje a Portugal.
Espero haberos transmitido al menos un poquito de la felicidad que provoca este festival tan especial de Óbidos que combina dos de mis adicciones favoritas: viajar y el chocolate.
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El pueblo más dulce de Portugal
Óbidos y su Festival Internacional del chocolate